Contar con anestesistas a los que nos une una larga relación personal y profesional, ofrece un sinfín de ventajas: En primer lugar, conocen en detalle y con profundidad las particularidades de nuestras cirugías. La baja agresividad, adaptar la anestesia a la monitorización neurofisiológica, etc.

En segundo lugar, al pertenecer al equipo, no solo nos aportan en el tiempo de cirugía, sino que hacen un seguimiento preoperatorio adecuado y personalizado, y un seguimiento postoperatorio inestimable, ya que nos ayudan enormemente en ocasiones a la elección de los tratamientos médicos.

Es un profesional médico más empujando en la misma dirección con el objetivo de que su experiencia en el trance de la enfermedad sea la mejor posible.